lunes, 2 de mayo de 2011

Sin ofender, pero sos un idiota.

Hay una maravillosa y tristemente gastada expresión utilizada por los grandes pelotudos contemporáneos de habla hispana que parece ser que hoy en día se ha distorsionado desde un nivel tipo que-re-boluo complicado.
El "sin ofender pero".
En otros tiempos, esta frase hacía justicia a la honesta y noble intención del emisor y su efecto era bien recibido por el receptor. Hoy en día, no ocurre lo mismo.
La gente hoy en día es pelotuda. Empecemos por esa premisa. Cuando decís "sin ofender pero" implica cierto tono crítico, sí es cierto. Pero uno casi leve. Se podría hasta llamar una observación o/u/y/e una preocupación por parte del emisor.
Hoy en día lo utilizan así: "sin ofender pero ese buzo te hace ver más gordo. O sea, te hace notar la panza. Sin ofender, no?"
No, pelotuda. Si me vas a ofender, decimelo en la cara. No hace falta que me lo digas en una estrategia psicológica de agresión pasiva.
Si lo que vas a decir se puede tomar de la manera equivocada a tu verdadera intención (siendo ésta pura y noble), podés usar la expresión.
Si lo decís con humor, también es aceptable.
Si no es ambos casos, me lo decís en la cara (y esperás que te pegue una piña o te mande a cagar) o no decís nada.
Chau.

miércoles, 27 de abril de 2011